RESEÑA: LA LETRA ESCARLATA, Nathaniel Hawthorne


Libro: La letra escarlata
Autor: Nathaniel Hawthorne
Fecha de publicación original: 1850
Editorial: Austral
Páginas: 236
Calificación que le doy: 2/5 estrellas.


“El corazón, haciéndose culpable de tales secretos, tiene forzosamente que retenerlos hasta el día en que todas las cosas ocultas hayan de revelarse”

Nathaniel Hawthorne, 124

Sinopsis: “Ester Prynne aguarda en Boston la llegada de su marido, el médico Roger Chillingworth, procedente de Inglaterra. Durante la espera, nace entre Ester y el reverendo de la comunidad una irrefrenable pasión amorosa. De su fruto nacerá Perla, hija de ambos y prueba inequívoca de la traición de Ester. La comunidad de Boston condena a la mujer a la soledad moral, obligándola a lucir la letra A bordada en su pecho como símbolo de su condición de adúltera”.

“Como si la triste letra encerrase un hechizo, su belleza, el ardor y riqueza de su juventud desaparecieron como un atardecer, y pareció quedar envuelta por una sombra gris”

Nathaniel Hawthorne, 191

Opinión: Si la sinopsis, que he copiado de la contraportada del libro, te parece interesante…  pues ya tienes el libro básicamente resumido… no pasa gran cosa además de ello, salvo que conocemos el destino que sufre el reverendo de la comunidad: Arthur Dimmesdale, un hombre que va de santo, pero que es tan pecador o más que Ester Prynne y que soporta el peso de la culpa sin pronunciar palabra de su pecado, oculto en su ser, pecado que va deteriorando su estado de salud…

“A pesar de sus altos dones y de sus logros como hombre sabio, había en el joven ministro un aire, una aprensión, una alarma, una mirada medio temerosa, cual la de un ser que se sintiese extraviado por completo en la senda de la vida humana y no pudiera estar a sus anchas sino en su propio retraimiento”

Nathaniel Hawthorne, 73

La verdad que este señor me pareció el más grande de los cobardes de los que he leído últimamente porque le pide a Ester Prynne guardar el secreto de su adulterio, dejando que sólo sea ella la juzgada frente a todo el pueblo, que ella sea la única humillada por llevar bordado en su pecho la A escarlata y que la recluye lejos de la sociedad, siempre señalada y siempre insultada por un pecado de DOS. Este señor se hace la víctima y nada veo de la “pasión amorosa” que dice la contraportada porque desde un inicio no hay ninguna acción que demuestre siquiera más que tantito aprecio por Ester al dejarla sola con una niña en brazos (y es que tampoco nunca le dirigió palabra a Perla sino hasta el final).

“Era un duendecillo del mal, emblema y producto del pecado, y no tenía derecho a mezclarse con los niños cristianos”

Nathaniel Hawthorne, 94

Y Roger Chillingworth, un anciano feo en quien todos ven algo evadible, malévolo, extraño, y que trata de ganarse el favoritismo del pueblo ocultando su verdadera identidad de ser el esposo agraviado (todos lo creían muerto en el mar por jamás haber estado con Ester antes del adulterio), es igual de insensible con Ester al pedirle también su silencio. Roger Chillingworth planea una venganza meticulosa contra Arthur Dimmesdale tras hacerse su doctor y más cercano personaje, pero a cuya mente intenta ir enfermando con los discursos que pronuncia sobre el mal y una que otra “medicina”.

Aquí la única que no se oculta, que es sensata, valiente, altruista, trabajadora y talentosa (describen que ella misma bordó la letra “A” a su atuendo y vive como costurera) es Ester Prynne. Mis respetos, ella es un mujerón por aguantar siete largos años con la marca que la hacía una paria de la sociedad y jamás quitársela o perderse en la depresión.  ¡Y todos le echan la culpa y la comparan con una bruja casi tan mala como la señora Hibbins! (un personaje secundario que sólo sirve como referencia a lo sobrenatural y el pacto con el diablo de las brujas, aunque jamás la vemos hacer nada malvado).

Entiendo que la época del puritanismo tenga muchos defectos y que quizá le exijo más de lo que debiera al leerlo con una mente forjada en los tiempos modernos, pero aún así no puedo más que enojarme con lo injusta que era la sociedad con las mujeres y con lo mucho que el pecado de la madre se transmitía a la hija inocente, pues el pueblo también juzgaba a la pequeña Perla que iba creciendo con un carácter rebelde y duro puesto que los demás niños la insultaban y se burlaban incluso sin conocer el significado verdadero de la “A” pegada al pecho de su madre.

En fin, creo que los últimos capítulos son los que valen un poquito la pena porque dejan de lado todo ese prejuicio y acusación a Ester Prynne de ser la peor de las peores y le dan su merecido a Arthur Dimmesdale (risa malvada de mi parte); así como que el narrador trata de darle un aire sobrenatural al contarnos qué fue de Ester Prynne y de Perla. Hasta tenemos un poquito de apoyo (o moraleja quizá) a que ya no se tiene que pensar tan duramente como en los tiempos puritanos que desencadenaron, entre otras cosas, la injusta y cruel caza de Brujas.

“El grito tal vez sonase con mucho más poder que el que en realidad tenía para sus alarmados oídos. La población no despertó, o, si lo hizo, los amodorrados durmientes confundieron el grito con alguna cosa espantosa de su sueño o con el ruido de las brujas, cuyas voces, por aquella época, se oían al pasar sobre los poblados o casas aisladas conforme caminaban con Satán por los aires”

Nathaniel Hawthorne, 138

Ahora, con respecto a la forma en la que está narrado… a mi punto de vista es bastante “soporífera”, describe una situación con muchos adjetivos, narra algo evidente, te muestra todo y todo quiere que lo veas como él lo ve: si Ester es mala, te enlista todos y cada uno de sus defectos para que no te quepa duda de lo mal mujer que es (te mete muchos prejuicios). De igual manera hay mucho simbolismo… pero simbolismo forzoso y crudo como los rosales con espinas al frente de la prisión de Ester Prynne que liga a letra escarlata y cuyo color rojo de los pétalos liga al pecado de la lujuria…

En suma, no, no recomiendo que lo leas. Pero será tu decisión hacerlo o no, quizá a ti te gusta, ya me contarás si estás o no de acuerdo conmigo.

(Ptsss, mejor lee Jane Eyre, es mil veces mejor y aquí también tienes su reseña)

Hasta la próxima entrada (el jueves)

Publicado por Eugenia Sampayo

Literata, escritora, astróloga.

Un comentario en “RESEÑA: LA LETRA ESCARLATA, Nathaniel Hawthorne

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